Miles de argentinos salieron a las calles para oponerse al nuevo presidente del país, Javier Miley, quien asumió el cargo a principios de este mes prometiendo recortes radicales en el gasto público.
El recién elegido presidente Javier Miley anunció decenas de nuevas medidas el miércoles por la noche. Estas incluyeron iniciativas integrales para transformar la tambaleante economía argentina, incluyendo flexibilizar las regulaciones gubernamentales y permitir la privatización de industrias estatales como una forma de impulsar las exportaciones y la inversión.
La policía se enfrentó a los manifestantes enojados por los anuncios en las calles, mientras cientos se congregaban frente al Congreso argentino.
Miley, impasible ante la multitud, prometió en un discurso televisado que sus medidas pondrían a Argentina en el camino del éxito.
“El objetivo es iniciar el camino hacia la reconstrucción de nuestro país, devolver la libertad y la independencia a los individuos y comenzar a cambiar la enorme cantidad de regulaciones que han obstaculizado, detenido y frenado el crecimiento económico de nuestro país”, afirmó.
En respuesta a las protestas, la ministra de Seguridad de Malí, Patricia Bullrich, anunció nuevas medidas para mantener el orden público que permiten a las fuerzas federales evacuar a las personas que bloquean las calles sin orden judicial y autorizan a la policía a identificar -a través de video o medios digitales- a las personas que protestan y obstruyen la vía pública. . .
Según esta legislación, el Estado podrá cobrar a los manifestantes el coste de movilizar a las fuerzas de seguridad.
Miley ganó la presidencia gracias a una campaña para recortar el gasto público. Hasta el momento, ajustó el valor de la moneda argentina, prometió no renovar los contratos de los empleados públicos que tengan menos de un año en el cargo y anunció aumentos en los precios de los servicios básicos y del transporte público.
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