Boeing ha pagado 160 millones de dólares (126 millones de libras esterlinas) a Alaska Air para compensar las pérdidas que ha sufrido hasta ahora después de una dramática explosión en el aire en enero.
Alaska dijo que el dinero cubrirá la pérdida de ingresos en los primeros tres meses del año y espera otros pagos en los próximos meses.
Los reguladores suspendieron temporalmente el vuelo a casi 200 aviones Boeing 737 Max 9 después de que el sello de una puerta se cayera de un avión de Alaska Air poco después del despegue.
Miles de vuelos fueron cancelados.
Las aerolíneas ahora enfrentan retrasos en las entregas a medida que Boeing desacelera la producción de nuevos aviones para tratar de resolver problemas de fabricación y seguridad.
En febrero, la aerolínea de bajo coste Ryanair advirtió que los turistas se enfrentarían a pagar precios más altos debido a los retrasos.
United Airlines, que también advirtió a los inversores sobre un impacto financiero por la suspensión de vuelos, recientemente pidió a los pilotos que se ofrecieran como voluntarios para tomar licencias no remuneradas debido a cambios en las entregas.
En enero, Alaska advirtió de una pérdida de casi 150 millones de dólares. «Aunque teníamos algunas reservas tras el accidente y la inmovilización del 737-9 MAX, febrero y marzo terminaron siendo más altos que nuestras previsiones originales previas al vuelo», dijo la aerolínea.
Boeing no ha hecho comentarios, pero advirtió a principios de este año que esperaba gastar al menos 4.000 millones de dólares (3.160 millones de libras esterlinas) más de lo previsto en los primeros tres meses del año.
La compañía enfrenta una crisis desde la emergencia ocurrida el 5 de enero, durante la cual los pasajeros de un vuelo de Alaska Airlines proveniente de Portland, Oregon, con destino a California, escaparon de heridas graves.
Un informe preliminar de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de EE. UU. concluyó que no se instalaron cuatro pernos destinados a sujetar de forma segura la puerta al avión.
Boeing ahora enfrenta una investigación criminal sobre el incidente en sí, así como acciones legales por parte de los pasajeros del avión.
El mes pasado, el director ejecutivo Dave Calhoun dijo que dimitiría a finales de año, convirtiéndose en el líder más destacado en dejar la empresa a raíz de la crisis.
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