La misión Parker de la NASA se prepara para un aterrizaje solar en 2024

Desde su lanzamiento en 2018, la sonda solar Parker de la NASA se ha ido acercando al Sol cada año que pasa, arrojando luz sobre procesos solares clave. A finales de 2024, habrá establecido un nuevo récord al rozar nuestra estrella desde una distancia de poco más de 6 millones de kilómetros, profundizando en sus abrasadoras capas exteriores.

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Una de las misiones más atrevidas en la historia de la exploración espacial, la sonda solar Parker es la primera nave espacial que atraviesa la atmósfera exterior del Sol, conocida por los científicos como la corona. Está previsto que abra nuevos horizontes a finales de diciembre cubriendo el 96% de la distancia que separa nuestro planeta de su ardiente estrella.

Al hacerlo, Parker alcanzará velocidades de unos 700.000 kilómetros por hora (o 435.000 millas por hora), suficiente para viajar de Nueva York a Tokio en un minuto, lo que lo convierte en el vehículo fabricado por el hombre más rápido de la historia. Alcanzará esta velocidad oscilando alrededor de Venus, utilizando la gravedad del planeta para estrechar su órbita alrededor del Sol y ganar velocidad adicional.


«Esto será un logro tremendo para toda la humanidad. Esto equivale al alunizaje en 1969», dijo en una conferencia de prensa el Dr. Nour Rawafi, científico del proyecto Parker de la Universidad Johns Hopkins. Entrevista con la BBC. «Básicamente estamos a punto de aterrizar en una estrella».

En el horno

La misión de Parker es realizar repetidas vueltas alrededor del Sol, acercándose a la estrella a medida que viaja a través de su atmósfera exterior, que, paradójicamente, es 300 veces más caliente que su superficie real. Esto significa enfrentarse a condiciones inimaginables, incluidas temperaturas cercanas a los 1.400 grados centígrados y vientos solares cargados de partículas de alta energía.

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El truco de Parker consiste en sumergirse rápidamente en este infierno, confiando en su velocidad superior y su grueso escudo térmico compuesto de carbono. El escudo protege una serie de instrumentos que miden partículas cargadas y fluctuaciones magnéticas, y capturan imágenes y sonidos.

En 2020, las grabaciones realizadas cerca de la estrella proporcionaron los primeros clips de audio del viento solar, una corriente de partículas de alta energía que fluye continuamente desde el Sol.


Predecir tormentas solares

El objetivo de la misión es comprender mejor la actividad solar y arrojar luz sobre muchos de los misterios que rodean al coronavirus, ya que las temperaturas pueden alcanzar el millón de grados Celsius o más, en comparación con solo 6.000 grados Celsius en la superficie del Sol. Los científicos esperan que los datos recopilados por Parker ayuden a comprender por qué la atmósfera exterior del Sol es más caliente que su superficie.

La corona es también donde se genera el viento solar, que a veces se convierte en «llamaradas» y «tormentas» solares, que pueden alterar el campo magnético de nuestro planeta, degradar las comunicaciones y plantear riesgos para la salud de los astronautas. En última instancia, los hallazgos de Parker podrían allanar el camino para un servicio meteorológico espacial capaz de predecir y rastrear tales eventos.

Una imagen del Sol tomada aproximadamente a mitad de camino de nuestro planeta por el Solar Orbiter de la Agencia Espacial Europea el 16 de julio de 2020. © ESA/EUI/NASA vía AFP

El vuelo de fin de año de la sonda representará su mejor oportunidad para obtener una mayor comprensión de los procesos solares clave. Será también su último encuentro: después de diciembre, la órbita de la sonda ya no le permitirá girar alrededor de Venus, impidiéndole acercarse demasiado al Sol.

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Este artículo ha sido traducido del original en francés.

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